MORINGA

Este vegetal lleva siglos utilizándose en la medicina tradicional, basada en técnicas de curación completamente naturales


La moringa o, como se conoce científicamente, moringa oleífera procede de la India y es un árbol caducifolio al que podríamos definir como todoterreno, puesto que es capaz de crecer en casi todo tipo de condiciones y suelos.

 

Se puede consumir de varias formas y variantes dentro de cada uno de sus componentes, ya que tanto sus hojas y flores, como sus semillas, frutos y raíces son, como señalábamos anteriormente, comestibles y de un sabor muy agradable, aunque en algunos casos picante.

¿PARA QUÉ SIRVE LA MORINGA?

 

La moringa es un súperalimento muy útil para diversos menesteres, sobre todo, la alimentación y los usos medicinales, tanto a nivel de prevención como en el ámbito curativo.

 

La realidad del árbol de la vida, como también se conoce a la moringa, es que se puede cocinar de varias maneras diversas, e incluso comerse cruda -las hojas y las flores-. Sus frutos se pueden hervir y son vainas similares a las de las judías. Lo mismo ocurre con sus raíces, que se podrían comparar a la zanahoria, pero con un sabor algo picante.

PROPIEDADES MEDICINALES Y BENEFICIOS DE LA MORINGA

 

Hablamos de un súperalimento que es rico en vitaminas, ya que nos puede aportar las vitaminas A, B, C, E y K, además de otros minerales y demás nutrientes como pueden ser el hierro -de manera abundante-, el fósforo, el zinc, el calcio, el potasio, el triptófano, el magnesio o el selenio, entre otros.

Todos estos componentes derivan en numerosos beneficios que el ser humano puede aprovechar como alimentación básica o medicinal.

Así, en algunos tipos de medicina tradicionales y naturales, la moringa ha sido recomendada como antibiótico, anticancerígeno y antiinflamatorio, además de ser muy aconsejable para enfermedades de los riñones, del corazón o de los ojos.

Por último, se trata de una poderosa medicina que a lo largo de los siglos ha sido utilizada como remedio para la tuberculosis, la diabetes, la epilepsia, la bronquitis, la anemia o la hipertensión, y en otras dolencias como la menopausia, la tos, el asma o la artritis, entre otras.

Así pues, sus hojas, por ejemplo, se suelen utilizar en platos fríos como las ensaladas, pero también es frecuente consumirlas en infusión. Lo mismo ocurre, en cuanto a las ensaladas frías, con las flores de este árbol multiusos. En cuanto a sus semillas, se pueden consumir crudas o tostadas, además del aceite que se extrae de éstas y es perfectamente comestible.

Con las raíces de la moringa también se pueden hacer infusiones después de haberlas molido, aunque también se pueden cocer y comer directamente; sus frutos, por último, se pueden hervir, ya que son muy parecidos, por ejemplo, a las judías.

La moringa es un súperalimento que, por si ofreciera pocos aspectos positivos, también sirve como adelgazante, puesto que, explicado de manera sencilla, contiene una cantidad inmensa de nutrientes y una dosis muy baja de grasas. Lo que significa que se puede basar una dieta en ella sin dejar de consumir nutrientes necesarios.

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